Considero que vale la pena comenzar esta pequeña historia con un simple; no todas las novelas eróticas son para todo tipo de personas. Y es que leer 50 sombras de Grey “El cliché de las novelas eróticas” es solo un abrebocas a un mundo inimaginable, claramente dependiendo del gusto de cada persona
Pídeme Lo Que Quieras Y Yo Te Lo Daré.
En este caso, más de un hombre necesita leer y aprender de este tipo de libros, en especial en Pídeme Lo Que Quieras, los momento eróticos no son tan salidos de lo que es la cotidianidad y en una forma simple no todas las mujeres somos “Anastasia Steel” y hemos experimentado un poco más que ella.
Como te dije hace tiempo, te llevo en mi mente desesperadamente.
Eric Zimmerman
Te quiero, pequeña.
Es así como Eric Zimmerman nos envuelve totalmente, desde que pone su atención sobre Judith una mujer como tú, o como yo; con un espíritu guerrero (Española) y totalmente decidida, es de esas mujeres que saben exactamente lo que quieren.
Pero no toda historia es tan perfecta y a toda mujer guerrera le llega su gladiador y en esta caso, a ella llega un alemán con todo el porte y clase que caracteriza a este tipo de hombres, el problema de esta historia es que este super hombre es su jefe y es esa barrera profesional la que envuelve y aviva esta pasión laboral, sin dejar a un lado, los gustos particulares e inimaginables de su jefe, y cómo Judith se ve envuelta en la dura situación de saber manejar su relación pasional y placeres terrenales, con un jefe dictador y sensual de gusto y experiencias particulares dispuesto a mostrar su mundo a esta fuerte española.
Pídeme lo que quieras, siempre y cuando tú también estés dispuesto a darlo.
Me temo que no ahondare en los detalles, porque lo he vivido y quiero que tu chic@ te haga al menos algo de lo que Megan Maxwell escribe, ya que son fantasías que se llevaran hasta la tumba.
Quiero grabar tu cara, tus gestos… en mi retina, para recordarlos el día que no vea
Megan Maxwell