Palabras procaces, pero cargadas de sinceridad acompañan el pensamiento y la escritura de Bukowski, como él lo decía “Me gustan las mentes rotas” con seguridad la de él lo estaba.
Ciertamente sus textos tienen mucho de anecdótico y autobiográfico, la estructura del texto propone un contexto muy cotidiano, se aleja de los moralismos que impone la sociedad, no le interesa fingir.
El lector tiene la sensación de estar leyendo una carta del mismo Bukowski o en el mejor de los casos, estar hablando con él, sin embargo, no pierde la intención de cuento
A mí me resulta difícil imaginarme el amor de Bukowski, digamos que los amores comunes, los tradicionales, tienen algo de ilusorio, de hipócrita, de artificial, sin embargo, él es descarnadamente sincero, transparente, desparpajado, desenfadado que visiblemente pudo llegar a herir susceptibilidades y romper ilusiones o…¿a quiénes de ustedes les gustaría que hablara sobre ustedes de esta manera?:
—Oiga amigo, aquí Bukowski.
— ¿Vio usted a la chica?
—Vi a la chica.
— ¿Cómo fueron las cosas?
—Bien, muy bien. Estuve corriéndome como una hora. Dígaselo a su columnista. Colgué.
Bukowski, C. Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones
Es paradójico cómo lo provocador de la literatura de este autor termina siendo también un incentivo a la lectura, a la confrontación.
Conozcamos un poco más de esta historia a través de títulos que rompen el paradigma, y por qué no, un descubrimiento al internarse dentro del texto que este autor desencadena, en donde no existen princesas esperando un príncipe y demás.
Quiero invitar a que conozcan a este personaje a través de algunos de sus trabajos reflejados en Pueblo Villano en la chica más guapa de la ciudad y si te quedas con ganas de saber más porque no conocer alguna de las mujeres que hizo de este hombre un escritor.