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El Club De La Pelea

Descansar en la desobediencia es un artículo de autoficción reflexiva donde, inspirados en la película El club de la pelea, abordamos el cansancio que sólo es posible con el tiempo y el desgaste de la vida en el vaivén de las ocupaciones y las trampas donde nos vamos consumiendo. 

Descansar En La Desobediencia

“…hoy, habiendo absolutizado el trabajo, el rendimiento y la producción,
hemos perdido toda festividad, todo tiempo sublime.”

Byung-Chul Han

No miro para arriba. Veo hacia abajo, al frente, el libro y la pantalla. Es de noche. Agosto. En el cielo la luna inmensa emerge como de un cascarón de nubes: una semilla inmensa, redonda y brillante; presenció el evento desde una publicación en WhatsApp. Bajo la luz artificial, intercalo la lectura de La sociedad del cansancio con la visión de la película El club de la pelea.

En la mañana la oficina, en la tarde la terapia para la rodilla de setenta años, y en la noche, últimas horas de la fiesta de la vida, releo y veo el libro y la película sobre los que escribo este texto, ceñida a las exigencias de algún Pueblo Villano. En medio de todo, la noticia: “por un reloj balean a un turista…”

La noticia es una revelación, tanto el libro como la película tienen que ver con el cansancio y el cansancio sólo es posible con tiempo. La muerte y la ironía de vivir para no vivir: tener dos trabajos para pagar las deudas, habilidad en la escritura para alimentar la vanidad y llenar otro tiempo. El día y la noche están destinados a la vigilia y el sueño, respectivamente, porque así mandan los astros, la visión y los peligros. 

Pienso que, si escribiera un poema, la brevedad del verso me devolvería el tiempo, me ahorraría cansancio y me liberaría de las exigencias del Villano: párrafos cortos, sensación y contenido. Un poema para elogiar el fracaso, para meter tiempo dentro del tiempo diciendo cualquier cosa. Abandonarlo todo sin derramar una gota de sangre. Encapsular la desobediencia en un poema malo

Todo es la casa

El ahora
siempre es presente
Todo es la casa
Del armario a la oficina: dos pasos
el trabajo: el ordenador
en el comedor: el ordenador
el cine: el ordenador
el sueño: poner la cabeza sobre la almohada, debajo de la almohada: el ordenador
las compras: el ordenador, doble clic
el orgasmo: clic, clic, clic
la muerte: el ordenador latiendo.