El pájaro de Edgar

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El pájaro de Edgar es un texto inspirado en El gato negro de Edgar Allan Poe, en el que retomamos el tono confesional y oscuro de la obra del autor estadounidense, narrando el duelo de una mujer que desemboca en un acto de locura.

El pájaro de Edgar

Para algunos de nuestros lectores, la historia que les narraré a continuación será, en el mejor de los casos un síntoma de locura, sino una terrible expresión de mi fervor por cierto escritor estadounidense.

Había pasado un año de la muerte de Edgar y en su cuarto, que permanecía intacto, estaba el pájaro, diminuto y redondo como los besos que se toman del aire y se guardan en la mano.

Todas las noches le abría la puerta de la jaula y él se quedaba impasible y triste, desinteresado de mi oferta de libertad.

Por las mañanas mi marido, que no me determinaba desde la muerte del niño, cerraba la jaula y le habla al pájaro, mientras el animal canturreaba con una alegría que me causaba molestia.

Una noche cuando me disponía a abrir la jaula, noté lo juro, que el pájaro lloraba. El suceso en lugar de conmoverme, me causo enojo.  Yo jamás pude llorar a Edgar, era su madre y no derramé una sola lagrima ni hice alboroto sobre su ataúd pequeñísimo y blanco. 

Enojada, triste y sola, tomé al animal con una mano y lo estrujé con toda mi fuerza mientras le arrancaba una por una las plumas azules, amarillas y brillantes. Desnudo lo regresé a la jaula y la cerré.

Sé que nada de lo que digo tiene justificación y que la tristeza que expreso no me convierte en inocente, pero la determinación que tomé después, aún la considero inevitable.

Consciente de que no tendría como explicarle a mi marido lo sucedido, regresé, tomé al animal y me lo metí entero en la boca. Me lo tragué y mientras sentía su pico rasgarme la garganta y su vuelo de ave muerta caer en mi barriga, lloré.

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